viernes, 30 de noviembre de 2012

Día 20: Lx

Clic clac clic-clac clic... No he abierto un ojo y ya se que esta lloviendo otra vez en Lisboa, ya forma parte de mi Lisboa. Hablo con Inma, me despido de Martina. Un placer conocerte.
Salgo a la calle rumbo a reflejar la decadente ciudad bajo la lluvia... Tal vez es excesiva.
Aprovecho y me resguardo en la universidad de bellas artes, hablo con varios alumnos, todo es tan familiar, contacto con un profesor del área de pintura, es muy amable y cordial, le explico que estoy buscando un taller donde pintar. Me da varias opciones, todas muy complejas. Buscaré un plan B.
Pablo ha ido al Gimarães, al norte, Martina apura las últimas horas Lisboetas con sus amigos. Día 20 de viaje y es prácticamente el primer momento solo. Que importante es estar en contacto con otra gente, tejer relaciones, de igual manera que disfrutar la soledad momentánea.
Camino por la hoy fría Lisboa, paro en el Pois, café. A calentarme un poco los pies.
-¿qué hará Pua?¿cómo debe estar Ca'n Ruina? Sólo han pasado 20 días y pienso en mi tierra. Un saludo a Menorca.

Lo que queda de tarde me lo paso entre charcos, deambulando por Alfama, Entre callejones y andamios, cobijándome de la lluvia en pequeños bares, donde las copas de alentejo resuenan con las barras metálicas. Cuesta acostumbrarse a la soledad, ni que sea por un día. Tengo ganas de pintar...
A mi vuelta, al pasar en frente de la casa de Saramago me paro a hablar con Miguel, el gorrilla Cordobés, dos noches antes nos lo habíamos cruzado, con una ropa distinta a la del trabajo, chandal y zapatillas Nike. Hablamos un rato, me ofrece un café en el bar más cercano...
Subo por el elevador de Bica y llego al Independiente. Hoy el día ya esta hecho.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Día 19: Belém

Me levanto, aún me revienen imágenes de anoche, como bofetadas. Tras irnos del RDA69, Pablo y yo nos encontramos en Cãmoes con Martina y unos amigos suyos, dicen de ir a Cais do Sorde, en un club hay una fiesta trance. Es aún temprano así que esperamos en la puerta a que haya algo más de gente, este rato me da para analizar la gente que empieza a conglomerarse alrededor del túnel de esta calle, plagada de bares de alterne y clubes inn. Se arremolina la gente.
Saliendo de una esquina vemos a una persona harapienta, lleva en sus manos, colgada de una ala, una paloma muerta. Mirada perdida y paso lento al frente.
Muy interesante el panorama, pero al día siguiente quería estar fresco así que me retire.

Fresco necesitaba estar, ya que hoy al levantarme me he propuesto llegar hasta Belém callejeando, me ha acompañado Martina, ya ve próxima su partida, no se quiere perder nada.
Saliendo de Barrio Alto, en São Bento, a las puertas del parlamento nos encontramos con una manifestación, los portugueses están en bastante mala situación...

Una brillante luz nos da en la cara, rara vez tapada por una nube, que por segundo hiela el ambiente... ¿He dicho ya lo bueno que esta el café ?
Aunque no fuera la primera vez que pasaba por abajo el Puente 25 De Abril impresiona mucho, es colosal, escapa a la escala humana, es un gran monstruo que eternamente esta gimiendo, camiones y trenes discurren continuamente haciendo sonar al puente de una manera muy peculiar, casi un lamento.

Comemos dos bocadillos al sol, sólo llevamos la mitad del camino hecho y ya es fácil calcular no más de 2 horas de luz solar, así que sin pensarlo mucho seguimos el camino.
Del Atlántico empiezan a entrar nubes. Vienen de América. Increíble la luz, increíble el contexto, docas con grúas obsoletas, gaviotas, y la larga, inmensa avenida de las indias... Encuadre perfecto, fotón al canto.
-¡No!...sin batería en la cámara. Las mejores fotos se me escapan.
Seguimos hasta encontrar la vieja central eléctrica, ahora es un muse, exposición de arte contemporáneo, increíble muestra. ''Risas,una exposición muy seria''

Muy recomendable.

Pasamos el monumento a los colonizadores ya de noche, la torre de Belém ya con frío. A pesar de hoy andar mucho, las piernas agradecen la ausencia de subidas/bajadas/subidas. Para la vuelta, cogemos un tren.

Hoy vuelvo al RDA69, junto con Patricia, Martina y Pablo,un plato de arroz y lentejas y de postre, una proyección de un documental de los desahucios en España. Alucinan con la plataforma Stop Desahucios.

Cansado vuelvo al hostel a escribir estas líneas

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Día 18: la alternativa

Miércoles, Cuarta Feira, me levanto con ganas de pintar, de un salto dejo El Independiente.
Después de un café en el quiosco de Cãmoes, mientras dos mendigos se ejercitan y un esperpentico personaje canta un muy buen fado por su altavoz hecho con una botella de detergente, .
Quiero seguir regalando alguna obra más a algún Lisboeta, así que me pongo a buscar un soporte para hacerlo. Dibujos rápidos que me ayudan a mantener la muñeca bien engrasada. Encontrar una madera no me lleva más de tres esquinas caminando, siempre hay muebles en las esquinas... El sol es luminoso, aprieta y el Tajo brilla. Voy cuesta a bajo por el Chiado, cruzo Caís do Sorde y llego al río.

Lisboa, Lisboa y sus gentes, lo uno sin lo otro no son nada, gran zoológico humano. En estos días algo he aprendido, el trato más distante inicial no es tal sino un sano recelo, cierta prudencia hasta que el otro se descubra. Un abrazo, Lisboetas.

Allí donde llego hay un conjunto de tres hangares, marcados por el descuido y el aparente abandono, el sitio me parece bien, así que me siento y me pongo a marcar los primeros trazos, cuando, un heroinómano algo alterado se ha hacercado, me vociferaba algo así como que una ola se me llevaría, pues el río estaba con marea alta y los transbordadores al pasar generaban olas capaces de mojarme por completo... No hay para tanto.
Ahora atento a mi trabajo, el yonki se relaja, se congregan unos amigos suyos, les gusta lo que pinto, les gusta verme currar, sólo me interrumpen para pedirme algún pitillo o algunas monedas. Sigo pintando.
Acabo la pieza, se la regalo al grupo de espectadores y me voy a seguir el camino.

Me dirijo al Barrio de Sao Bento y Estrella, recuerdo las primeras veces que deambule por aquí, la primera vez que estuve en la ciudad, tintes de ultramar.
Me reencuentro con mis propias fotografías, esos fragmentos de vida y ciudad que congelé vuelven a moverse, es una sensación muy curiosa.
Llego cansado al Independente, Desde el mirador de Saõ Pedro Alcántara aún se ven algunos techos iluminados por los últimos rayos de sol. Oro.
Unos minutos después, me llama Pablo, ha descubierto que el ático contiguo lleva 30 años deshabitado, me propone intentar abrirlo para poder montar allí un pequeño atelier, el propietario ya mayor, se fue a una casa a las afueras. Nos pasamos la tarde a lo Misión Imposible. No hay manera. Desistimos por hoy.
Decidimos ir a un centro social de Anjos donde nos asesoran, el RDA69,
Están haciendo en ese momento una comida popular a la cual nos apuntamos, un sitio cojonudo.