sábado, 24 de noviembre de 2012

Día 14: la nite, la lluvia, la ginja.

Ayer por la noche contacte con Ugutz, estaba en una inauguración en un espacio de arte así que fui a encontrarme con él.
Justo antes de eso había estado en una calle pintando un pequeño boceto de ese paisaje urbano, durante todo el proceso tuve varios espectadores, pero uno de ellos estaba especialmente entusiasmado, al acabarlo decido regalárselo, se emociona y me dice que es un gran honor para el tener eso, es estudiante de arquitectura angoleño y le encanta ese pedazo de cartón pintado, lo coge y lo lleva con extremo cuidado, me ofrece una cerveza, charlamos, se llama Dario. Un placer Dario.

Llego al centro de arte .El trabajo del artista era bastante interesante, el espacio cojonudo, pero el foco de atención para todo el mundo era un pequeño niño durmiendo en mitad de la sala... Veía en la cara de la gente la duda de sí formaba parte de la muestra. Era claro que no. En aquel lugar se congregaba la cúspide del moderneo lisboeta, majos y amables, compartimos mil cervezas.
Al acabar la muestra llame a Pablo, con el que nos encontramos en la plaza Cãmoes, que bullicio, la noche lisboeta, gente en cada rincón, multitudes, un ambiente poco imaginable en. Esas mismas calles justo unas horas antes.
Marchamos a la pintoresca y empinada Rua da Bica, allí, decenas de bares, pequeños en su mayoría, iluminaban. Con tenue luz la calle, música en directo de casi cada uno de ellos, gente, mucha gente. De pronto era como un universo paralelo que se había solapado con la realidad de esas calles que conocía solitarias, en los bares aún se fuma aquí y he de reconocer que cada pitillo que me enciendo siento que estoy haciendo algo que no debo. La caña más cara qe encuentro vale 1 euro.

Seguimos la noche lisboeta, vamos a un pequeño Apolo ( he oído la noticia de su cierre temporal, lo lamento) el Lounge, sigo sorprendido por las ordas de gente que llenan las calles, fiesta mayor. Vendedores de comida ambulante, pequeños negocios abiertos a las 3 de la mañana, tasquitas donde venden bocadillos de pescado y una especie de croquetas en forma de gota rellenas de pollo y queso, brutales.
Me encanta el ambiente de la noche lisboeta.

Llueve, llueve y no deja de hacerlo en todo el día.
Hoy al despertarme, alguien o algo dentro de mi cabeza me recordaba que una o dos cervezas menos no hubieran sobrado, martillazos. Salgo de la habitación con un objetivo fijo, un litro de agua. En la zona común que da paso a la cocina encuentro a una chica, medio dormida medio despierta, la saludo, me saluda. Voy a por el vaso de agua y al volver la chica ya duerme plácidamente.
Una ducha me acaba de recomponer, vuelvo a la zona común, la chica sigue dormida pero esta vez en otro sofá. Me siento cerca de ella, abre los ojos y me espeta algo incomprensible en italiano, rápido, como si me conociera de siempre, se gira y se vuelve a dormir. La verdad es que me choca. Decido salir a cazar algo para comer, acompañado de Orely, una chica británica con la que salí anoche, sólo quiere noodles y recorremos como 5 supermercados hasta encontrar.
A la vuelta, la chica durmiente esta despierta, me presento, se presenta.
-Martina.
Acababa de comprar unos espaguetis y unas albóndigas, así que le ofrezco un plato. Comemos juntos y me cuenta que antes, entre sueños y realidades, al despertarse y verme me ha preguntado a ver que había hecho, que porque me había cortado el pelo. Reímos.
Acaba de llegar a Lisboa y va a quedarse una semana, así que le digo que yo voy a salir a hacer un poco el flâneur, que si quiere venir es bienvenida... No deja de llover.
Le enseño Barrio Alto, el Chiado, el centro Carpe Diem y algunos rincones más que me gustan de la zona. La lluvia empieza a ser más plomiza, aprieta, así que entramos en un pequeño bar donde se están preparando para un pequeño concierto...
...pedimos unas ginjas, una bebida portuguesa a base de unos frutos silvestres muy buena, hablamos, me explica y yo le explico. Así seguimos hasta que un menudo hombrecito, de unos 80 años se nos acerca y nos pide un cigarro. Le invitamos a sentarse con con nosotros y nos cuenta que se llama Francisco, monsieur de Trinitate, nos cuenta que es portugués francófono, me habla de la columna de hierro de Durruti y de cuando compro una pistola en Génova, de su interés por el ampa, de lo interesante que le resulta el submundo del crimen y el delito, su charla me transporta a otros tiempos.
Le pido un papel y un boli, le quiero regalar un dibujo, de una pequeña mochila saca una libreta empapada y le hago un esbozo del bar donde estamos. Lo acepta. Acabamos nuestra segunda ginja y marchamos, la lluvia da su primera tregua. Lisboa esta preciosa después de la lluvia, cada azulejo brilla, cada empedrado parece pulido, las luces, maravilloso.
Acabamos en La Pensión del Amor, un antiguo prostíbulo reconvertido en simplemente bar, es precioso.
Volvemos al hostel y Martina, ahora Ginja, prepara la cena...
... Esta noche iremos a Alfama a pasear.

2 comentarios:

  1. Eres un hacha pol...veo q vas haciendo colegas nuevos a cada paso q das...tiene pinta q te lo estas pasando de lujo...un abrazo

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    1. Porcierto...creo q has puesto el dia 14 y 15 juntos..no??

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